domingo, 8 de mayo de 2011

El Dravya - "La real substancia"

El ser humano se ha hecho muchas preguntas fundamentales a lo largo del tiempo, desde una consciencia muy primitiva hasta nuestros días hemos querido entender, entre otras cosas, cuál es la composición de nuestro Universo, quiénes somos en realidad, y cuál es la razón de nuestra existencia consciente en este tiempo y espacio.

Con el paso de los siglos las respuestas han sido muchas, y a partir de consciencias muy básicas han sido manifestadas respuestas muy básicas, pero que han sido bien adoptadas por el hombre y las ha convertido en sus creencias básicas. Posteriormente, la complejidad del entendimiento humano ha vuelto a responder las mismas preguntas y no dejando sus creencias atrás ha "resuelto" los enigmas a través de la creación de diversas Religiones alrededor del Mundo.

Según las Leyes que les he mencionado en la publicación anterior, es posible deducir que la naturaleza del ser humano no es comprensible a simple vista y hay que hacer uso de una verdadera consciencia, purificada de toda creencia primitiva y con mente abierta. La naturaleza del hombre sobre la Tierra es meramente Espiritual, por lo que el hombre primitivo no podía comprender y mucho menos aceptar esta condición como su realidad.

En esta publicación trataré de explicar la verdadera naturaleza del ser humano, visto como un ser meramente espiritual; sobre la composición del Universo, quienes somos y porqué nuestra existencia en estos planos, y cómo los fenómenos y manifestaciones que experimentamos todos los días funcionan en concordancia con las 7 Leyes Universales anteriormente expuestas.

Hoy en día resurgen antiguos conocimientos porque el momento es el indicado. Sabemos todos sobre un fenómeno fílmico moderno llamado "El Secreto", o podemos escuchar a cada vez más gente hablar sobre la Unidad fundamental de TODO con TODO, que todos somos UNO y estamos conectados, o hemos escuchado hablar sobre la Energía o KI de las cosas (Feng Shui o Reiki son técnicas que usan la Energía del Cosmos para sus fines), de cómo la gente emite "buenas vibras" o "malas vibras", de cómo el Poder o Energía de las palabras puede convertir los cristales que forma el agua en congelación en hermosas e increíbles figuras o en deformaciones sin sentido y gracia.

Los más antiguos sabios de la humanidad, sin tener demasiada carga ideológica en sus mentes, podían ver "detrás de los velos" la verdad fundamental de TODO. Lamentablemente sus comprensiones y enseñanzas no fueron nunca bien comprendidas, y fueron hasta cierto punto distorsionadas y enmascaradas por ritos y creencias limitantes que terminaban por ocultar detrás de todo la verdad única. Sin embargo, esa verdad única ha permanecido ahí por siempre. Nada está oculto para el que ha hecho buen trabajo de consciencia y ha abierto su mente. Si observas bien todas las religiones y creencias del Mundo siempre tienen algo en común.

La raza humana tiene esperanza, porque hoy está más perdida que nunca. Perdida no en un sentido moralista, sino perdida respecto a su orientación espiritual, sobre el sentido de su vida y la naturaleza de las cosas. Esto resulta en una humanidad desdichada e infeliz, una humanidad que sufre constantemente y que busca salvarse, y en sus ansias encuentra soporte en Pilares impermanentes. ¿Te explicas ahora porqué tanta violencia en todos los ámbitos?, ¿el porqué de las diferencias toscas y tajantes entre grupos religiosos?, o ¿de las simples actitudes observables un día entre semana a las horas pico de tu ciudad? El hombre en general es infeliz.

En la próxima entrada podremos ir resolviendo este tema, pondremos las bases solamente, para entendernos mejor y poder entonces ver la luz al final del túnel. Y posteriormente podremos ahondar más en este tema y eliminar las causas del sufrimiento. No hay nada nuevo, es sólo cuestión de entender, interpretar y aceptar las cosas desde un nuevo punto de vista. Abre tu mente, acepta la naturaleza de ti mismo sin miedos, conócete mejor y formemos juntos una mejor humanidad para el bien del hombre y del UNIVERSO.

guia_espiritual.

martes, 26 de abril de 2011

Las Bases de TODO

Es evidente que el Ser Humano ha entendido y llegado a dominar las Leyes conocidas del Universo, aquellas que rigen nuestro entorno en la Tierra y que pueden verse y medirse, es decir evidenciarse. El Ser Humano en general se ha convertido en el animal más experto sobre la Tierra y todo aquello que esté relacionado con Ella.

Sin embargo, al volver la cabeza y observar todo lo que tiene que ver con el entorno de los valores, el respeto a así mismo, el amor incondicional a los demás, también es evidente que el Ser Humano no ha entendido en lo más mínimo las Leyes Universales que TODO lo rigen y que son aún más poderosas y evidentes que las Leyes dominadas y expuestas por grandes cerebros como Newton o Einstein. No nos hemos dado cuenta los Seres Humanos que existen Leyes Universales a las que se somenten nuestras ya familiares Leyes de Newton, Amontons, Coulomb, Ohm, Hubble, Mendel, de la Termodinámica, de kepler, entre muchas más.

He aquí para gracia del Ser Humano y su despertar urgente las Leyes Universales, únicas y verdaderas, a la que TODO se somete y nada escapa a ellas. Ningún fenómeno, cosa o persona en el Universo queda exenta al sometimiento de estas magníficas y perfectas Leyes Universales. Esta no es información nueva, ha sido permeada por Grandes Corazones a lo largo de los Siglos al Ser Humano, sin ser comprendidas hasta fechas recientes. Lamentablemente hacen falta difusión, estudio y práctica en las comunidades humanas para que éstas puedan ser entendidas y luego ser usadas a favor del verdadero crecimiento del Ser.

He aquí tan hermosas y poderosas Leyes a lo que nada ni nadie escapa en el Universo. El que las entienda y domine un Gran Maestro será de la vida y podrá ayudar a cambiar para bien al Mundo entero. Estas Leyes también pueden encontrarse a detalle en el libro "El Kybalión", escrito por los 3 iniciados.

Extracto intacto de El Kybalión:

«Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par.»

El Kybalion.

Los siete principios sobre los que se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:

1. EL PRINCIPIO DE MENTALISMO.

2. EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA.

3. EL PRINCIPIO DE VIBRACIÓN.

4. EL PRINCIPIO DE POLARIDAD.

5. EL PRINCIPIO DE RITMO.

6. EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO.

7. EL PRINCIPIO DE GENERACIÓN.

1. El principio de mentalismo

«El TODO es Mente; el universo es mental.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que «todo es mente». Explica que el TODO, que es la realidad sustancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de «universo material», «fenómenos de la vida», «materia», «energía», etc., y en una palabra, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales, es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente. Explica también que todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica fácilmente los varios fenómenos mentales y psíquicos que tanto han preocupado la atención del público, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. El estudiante de la Filosofía Hermética puede emplear conscientemente las grandes leyes mentales, en vez de usarlas por casualidad o ser usado por ellas. Con la clave maestra en su poder, el discípulo puede abrir las puertas del templo del conocimiento mental y psíquico y entrar en el mismo, libre e inteligentemente. Este principio explica la verdadera naturaleza de la energía, de la fuerza y de la materia, y el cómo y el porqué todas estas están subordinadas al dominio de la mente. Uno de los antiguos Maestros escribió largo tiempo ha: «El que comprenda la verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero de la maestría». Y estas palabras son tan verdad hoy en día como lo eran cuando fueron escritas. Sin esta clave maestra la maestría es imposible, y el estudiante que no la posea, en vano llamará a la puerta del Templo.

2. El principio de correspondencia

«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y afirma: «Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba», y la comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más obscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza. Hay muchos planos que no conocemos, pero cuando aplicamos esa ley de correspondencia a ellos, mucho de lo que de otra manera nos sería incomprensible se hace claro a nuestra conciencia. Este principio es de aplicación universal en los diversos planos, mental, material o espiritual del Kosmos: es una ley universal. Los antiguos hermetistas consideraban este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vida. Su aplicación puede desgarrar un tanto el Velo de Isis, de tal manera que nos permita ver, aunque más no sea, algunos de los rasgos de la diosa. De igual manera que el comprender los principios de la geometría habilita al hombre para medir el diámetro, órbita y movimiento de las más lejanas estrellas, mientras permanece sentado en su observatorio, así también el conocimiento del principio de correspondencia habilita al hombre a razonar inteligentemente de lo conocido o lo desconocido; estudiando la mónada se llega a comprender al arcángel.

3. El principio de vibración

«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que confirma por su parte la ciencia moderna, y cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba. Y, a pesar de todo, este principio hermético fue enunciado cientos de años ha por los Maestros del antiguo Egipto. Este principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. Desde el TODO, que es puro espíritu, hasta la más grosera forma de materia, todo está en vibración: cuanto más alta es esta, tanto más elevada es su posición en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita; tanto, que prácticamente puede considerarse como si estuviera en reposo, de igual manera que una rueda que gira rapidísimamente parece que está sin movimiento. Y en el otro extremo de la escala hay formas de materia densísima, cuya vibración es tan débil que parece también estar en reposo. Entre ambos polos hay millones de millones de grados de intensidad vibratoria. Desde el corpúsculo y el electrón, desde el átomo y la molécula hasta el astro y los Universos, todo está en vibración. Y esto es igualmente cierto en lo que respecta a los estados o planos de la energía o fuerza (la que no es más que un determinado estado vibratorio), y a los planos mentales y espirituales. Una perfecta comprensión de este principio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vibraciones mentales, así como las de los demás. Los Maestros también emplean este principio para conquistar los fenómenos naturales. «El que comprenda el principio vibratorio ha alcanzado el cetro del poder», ha dicho uno de los más antiguos escritores.

4. El principio de polaridad

«Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que todo es dual; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas herméticos. Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos a tantísimos investigadores, y que literalmente decían: «La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado»; «los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación»; «los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan»; «todo es y no es al mismo tiempo», «toda verdad no es sino media verdad»; «toda verdad es medio falsa», etc. Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los «opuestos» no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos. El calor y el frío, aunque opuestos, son realmente la misma cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados de aquella. Mirad un termómetro y tratad de averiguar donde empieza el calor y donde termina el frío. No hay nada que sea calor absoluto en realidad, indicando simplemente ambos términos, frío y calor, diversos grados de la misma cosa, y que ésta se manifiesta en esos opuestos no es más que los polos de eso que se llama Calor, o sea la manifestación del principio de polaridad que nos ocupa. El mismo principio se manifiesta en la «luz» y la «oscuridad», las que, en resumen, no son sino la misma cosa, siendo ocasionada la diferencia por la diversidad de grado entre los dos polos del fenómeno. ¿Dónde termina la oscuridad y dónde empieza la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Cuál entre blanco y negro? ¿Cuál entre alto y bajo? ¿Cuál entre positivo y negativo? El principio de polaridad explica esta paradoja. El mismo principio opera de idéntica manera en el plano mental. Tomemos, por ejemplo, el amor y el odio, dos estados mentales completamente distintos aparentemente, y notaremos que hay muchos grados entre ambos; tantos, que las palabras que nosotros usamos para designarlos, «agradable» y «desagradable», se esfuman una en la otra, hasta tal punto que muchas veces somos incapaces de afirmar si una cosa nos causa placer o disgusto. Todas no son más que gradaciones de una misma cosa, como lo comprenderéis claramente por poco que meditéis sobre ello. Y aun más que esto, es posible cambiar o transmutar las vibraciones de odio por vibraciones de amor, en la propia mente y en la mente de los demás, lo que es considerado como lo más importante por los hermetistas. Muchos de los que leéis estas páginas habréis tenido experiencias en vosotros mismos y en los demás de la rápida e involuntaria transición del amor en odio y recíprocamente. Y ahora comprenderéis la posibilidad de efectuar esto por medio del poder de la voluntad, de acuerdo con las fórmulas herméticas. El «Bien» y el «Mal» no son sino los polos de una misma y sola cosa, y el hermetista comprende y conoce perfectamente el arte de transmutar el mal en el bien aplicando inteligentemente el principio de polaridad. En una palabra, el «arte de polarizar» se convierte en una fase de la alquimia mental, conocida y practicada por los antiguos y modernos Maestros herméticos. La perfecta comprensión de este principio capacita para cambiar la propia polaridad, así como la de los demás, si uno se toma el tiempo y estudia lo necesario para dominar este arte.

5. El principio de ritmo

«Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad, descrito un momento ha. Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una ascensión y un descenso. Y esta ley rige para todo; soles, mundos, animales, mente, energía, materia. Esta ley lo mismo se manifiesta en la creación como en la destrucción de los mundos, en el progreso como en la decadencia de las naciones, en la vida, en las cosas todas, y, finalmente, en los estados mentales del hombre, y es con frecuencia a esto último que creen los hermetistas que este principio es el más importante. Los hermetistas han descubierto este principio, encontrándolo de aplicación universal, y han asimismo descubierto ciertos métodos para escapar a sus efectos, mediante el empleo de las fórmulas y métodos apropiados. Emplean para ello la ley mental de neutralización. No pueden anular el principio o impedir que opere, pero han aprendido a eludir sus efectos hasta un cierto grado, grado que depende del dominio que se tenga de dicho principio. Saben como usarlo, en vez de ser usados por él. En este y en otros parecidos métodos consiste la ciencia hermética. El Maestro se polariza a sí mismo en el punto donde desea quedarse, y entonces neutraliza la oscilación rítmica pendular que tendería a arrastrarlo hacia el otro polo. Todos los que han adquirido cierto grado de dominio sobre sí mismos ejecutan esto hasta cierto punto, consciente o inconscientemente, pero el Maestro lo efectúa conscientemente, y por el solo poder de su voluntad alcanza un grado tal de estabilidad y firmeza mental casi imposible de concebir por esa inmensa muchedumbre que va y viene en un continuado movimiento ondulatorio, impulsada por ese principio de ritmo. Este, así como el de la polaridad, ha sido cuidadosamente estudiado por los hermetistas, y los métodos de contrabalancearlos, neutralizarlos y emplearlos, forman una de las partes más importantes de la alquimia mental hermética.

6. El principio de causa y efecto

«Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Afirma que nada ocurre casualmente y que todo ocurre conforme a la Ley.

La suerte es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a la Ley. Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales se pude ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos. Las muchedumbres se dejan llevar, arrastradas por el medio ambiente que las envuelve o por los deseos y voluntades de los demás, si éstos son superiores a las de ellas. La herencia, las sugestiones y otras múltiples causas externas las empujan como autómatas en el gran escenario de la vida. Pero los Maestros, habiendo alcanzado el plano superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus cualidades y poderes, así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose de esta manera en dirigentes, en vez de ser los dirigidos.

Ayudan a las masas y a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la causalidad de los planos superiores en que se encuentran, pero prestan su colaboración para regular y regir en su propio plano. En lo dicho está condensado un valiosísimo conocimiento hermético: que el que sea capaz de leer entre líneas lo descubra, es nuestro deseo.

7. El principio de generación

«La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.»

El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que la generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción los principios masculino y femenino. Esto es verdad, no solamente en el plano físico, sino también en el mental y en el espiritual. En el mundo físico este principio se manifiesta como «sexo», y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio subsiste siempre el mismo. Ninguna creación física, mental o espiritual, es posible sin este principio. La comprensión del mismo ilumina muchos de los problemas que tanto han confundido la mente de los hombres. Este principio creador obra siempre en el sentido de «generar», «regenerar» y «crear». Cada ser contiene en sí mismo los dos elementos de este principio. Si deseáis conocer la filosofía de la creación, generación y regeneración mental y espiritual, debéis estudiar este principio hermético, pues él contiene la solución de muchos de los misterios de la vida. Os advertimos que este principio nada tiene que ver con las perniciosas y degradantes teorías, enseñanzas y prácticas, que se anuncian con llamativos títulos, las que no son más que una prostitución del gran principio natural de generación. Tales teorías y prácticas no son más que la resurrección de las antiguas doctrinas fálicas, que sólo pueden producir la ruina de la mente, del alma y del cuerpo, y la Filosofía Hermética siempre ha alcanzado su verbo de protesta contra esas licencias y perversiones de los principios naturales. Si lo que deseáis son tales enseñanzas, debéis irlas a buscar a otra parte: el hermetismo nada contiene sobre ellas. Para el puro todas las cosas son puras; para el ruin todas son ruines.

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Estas son pues, las 7 Leyes fundamentales del Universo, los principios sobre lo que TODO funciona y nada escapa a ellos.

En las siguientes publicaciones en este Blog, ahondaré en estas Leyes pero principalmente te daré las herramientas necesarias para poder aprovechar las Leyes para poder llegar a ser mejores personas, mejorar nuestras vidas, ser más plenos y felices y ayudar a los demás a serlo.

Construyamos una mejor Humanidad ahora!

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